En los últimos años la popularidad de los videojuegos aumentó exponencialmente. Tanto que a día de hoy, es muy raro que una persona de menos de 50 años no tenga algún juego en sus dispositivos. Las transacciones en los juegos son una mina de oro para las compañías y al comparar los ingresos con el modelo tradicional es más que obvia la razón por las que la industria prefiera ir por la dirección de las microtransacciones. Ya sea por una Skin, un objeto valioso o un bono de tiempo para disfrutar más de un contenido en específico, muchos son los que hacen uso del dinero real para juegos. Un jugador común y corriente gasta alrededor de unos $70 USD por un juego y puede o no usar más dinero para contenidos descargables, pero una persona que no sepa controlar sus ancias puede gastarse más de $40,000 USD en un free-to-play.

Según un reporte de The Philadelphia Inquire (vía San Diego Red), el reverendo Lawrence Kozak, de 51 años tuvo que pagar una fianza de $250,000 USD para evitar ir a la cárcel pues es acusado de robo a la iglesia en la que trabajó de 2019 hasta 2022. ¿Por qué? Porque descubrieron que durante su periodo en la iglesia, se gastó más de $40,000 USD en juegos para teléfonos móviles como Mario Kart Tour y Candy Crush.

El reverendo fue entrevistado por la policía en 2022 y reveló que estaba en tratamiento para tratar su adicción a los videojuegos, pero aseguró que no usó el dinero para juegos de azar sino en contenido de títulos free-to-play. En su testimonio, Kozak niega haber actuado de forma premeditada pues asegura que la tarjeta bancaria de la iglesia ya estaba vinculada al dispositivo móvil que usaba, por lo que no se dio cuenta de que sus gastos se cargaban a la cuenta del recinto y no su cuenta bancaria personal.

Sin embargo, la policía encontró elementos que daban cuenta del uso de la tarjeta de crédito de la iglesia e intentos del sacerdote por disminuir la deuda, incluyendo un pago de $10,000 USD para dicha tarjeta con dinero de su cuenta personal.

Lawrence Kozak fue destituido de la iglesia hace 2 años, donde envió un cheque de $8000 como reembolso por lo que gastó en videojuegos. Pero, para sorpresa del reverendo la investigación no terminó ahí y hace unos días las autoridades determinaron que sí había elementos para acusar al sacerdote de robo a los fondos de la iglesia por lo que fue detenido. Tras pagar la fianza, el sacerdote llevará el proceso en libertad, pero se comprometió a cubrir la suma y reparar el daño financiero a la iglesia por su adicción.

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