Desde que Morton Heiling inventó las primeras gafas de realidad virtual hasta hoy, han pasado muchos años que han implementado y mejorado la inmersión en los juegos de realidad visrtual. Y hace unas horas Palmer Luckey, fundador de Oculus, fué un poco más allá de lo normal. Palmer llevaba desde hace ya un tiempo obsesionado con conseguir una realidad virtual tan realista, que incluso el usuario pudiera sentir el dolor que siente nuestro avatar. Incluso en el 2021 ya hablaba de tecnología que pudiera partirle el cuello a una persona que esté conduciendo en un juego de carreras para VR para darle más emoción al juego, y ahora lo ha hecho realidad desarrollando unas gafas que explotan si morimos en medio de una partida.
"Si mueres en el juego, mueres en la vida real". Así se titula la nueva entrada que Luckey ha publicado en su blog personal. En el que explica que aprovechó lo fan que es de Sword Art Online, y quizo recrear un aparato de realidad virtual que tenga consecuencias similares a las de NerveGear, el headset que se utiliza en ese anime y que acaba con la vida de los personajes cuando estos mueren dentro del universo virtual donde transcurre la serie.
Cabe resaltar, que en vez de usar el mismo sistema de microondas que el dispositivo de la serie animada, Palmer optó por una solución mucho más directa: incorporando tres potentes explosivos que harían estallar la cabeza de quien estuviera jugando en ese momento. Cabe recordar que Luckey fundó Anduril Industries, una compañía de equipamiento militar, tras dejar a un lado la empresa que fundó hace ya varios años llamada Oculus.
Las gafas de realidad virtual mortales se activan al detectar un parpadeo rojo en la pantalla a determinada frecuencia, haciendo más fácil la integración en cualquier videojuego. Por suerte, su creador asegura que sólo es un prototipo provocador que ni siquiera él mismo se atreverá a probar. Con estas gafas, el diseñador quiere poner el foco en ese aspecto del desarrollo de videojuegos que todavía no se ha explorado, advirtiéndonos que no estamos tan lejos de convivir junto a este tipo de tecnología que pueden causar verdadero daño al usuario.